Siembra, la semilla que el tiempo hizo crecer
“Siembra,
Si pretendes recoger
Siembra
Si pretendes cosechar
Pero no olvides
Que de acuerdo a la semilla
Así serán los frutos que recogerás” – Rubén Blades
Por: Diego Andrés Aranda
El disco “Siembra”, grabado por Willie Colón y Rubén Blades, significó un antes y un después en la historia de la salsa. Si bien las temáticas de corte
social se habían comenzado a tratar desde hace mucho tiempo e incluso, en el álbum inmediatamente anterior de esta misma dupla, “Metiendo Mano”, siempre se consolidó como un álbum donde el lenguaje citadino sirvió de encuadre a la expresión para retratar algunas realidades que ya estaban presentes en la Nueva York cosmopolita de finales de los años 70.
Este disco cuenta con muchos elementos que lo convierten en un disco completo. Antes de tratar aspectos acerca de su música, hay que hablar de su vestido. La palabra siembra suscita una descripción de un proceso que comienza con el cultivo de valores como la esperanza, la fe, el ejemplo bueno, y tal como sucede con el alimento para las plantas, estos aspectos sirven, en teoría, para crear un futuro mejor en la sociedad.
Es por esto que el marco de la obra gráfica de la ilustradora Irene Perlicz, muestra en su parte superior un arcoíris como símbolo de esperanza, el cual comienza y termina en un árbol robusto y desarrollado en cada extremo; ambas figuras aparecen en sepia, a lo mejor para dar idea de un pasado como base. En la parte inferior aparece una colorida plantación donde predominan las flores como símbolos de juventud y belleza. En el centro del gráfico aparecen cuatro bebés de razas diferentes que simbolizan las semillas que el tiempo hará crecer como dice la canción que da el nombre al álbum.
La carátula originalmente, en las ediciones americana y venezolana, venía en formato gatefold la cual tiene la opción de abrir y mostrar aspectos adicionales en las caras internas. Para este caso, el contenido gráfico se compone de cuatro fotografías de la sesión de grabación, acompañadas de las letras de todas las canciones, con los nombres de los respectivos arreglistas y los años en que Rubén Blades las escribió. La única canción que no escribió el cantautor panameño fue “Ojos” que pertenece a la inspiración de Johnny Ortiz. De este modo, los temas están descritos así:
Plástico – (1977) Arreglista Luis Perico Ortiz
Buscando guayaba (1977) – Arreglista Louie Cruz
Pedro Navaja (1977) – Arreglista Luis Perico Ortiz
María Lionza (1977) – Arreglista Willie Colón
Dime (1976) – Arreglista Louie Cruz
Siembra (1977) – Arreglista Carlos Franzetti
Ojos – Arreglista Louie Cruz
En cuanto al contenido musical, el tema “Plástico” plantea tres historias para hablar de un mismo fenómeno social que se centra en la apariencia y en la negación de los orígenes. El ingenio de Luis “Perico” Ortiz logró sintetizar este mensaje desde lo musical creando una introducción en estilo discomusic para después hacer un cambio brusco hacia salsa. Sobre esta base musical comienza la narrativa de personajes como: La chica plástica que usa artículos de moda como el perfume Channel Number Three y la postura arrogante de querer casarse con un doctor además de estar envuelta de buen vestir, de mirada esquiva y falso reír. El muchacho plástico que siempre anda con la peinilla en la mano, al estilo de los personajes de la película Grease o Brillantina, y que sus conversaciones son centradas en las marcas de los automóviles de moda, y quienes dejan de comer para tener suficiente dinero para recoger a las chicas plásticas. En ese contexto se consolidan las parejas y aparece una nueva estampa que es la de los dos personajes en pareja, viviendo de apariencias y recomendándole a su hijo pequeño que no juegue con niños de otras razas mientras viven endeudados para mantener un estatus social.
El siguiente corte es una dedicación de Rubén a Paula Campbell, quien vivía en la calle 82 en Nueva York. Como si se tratara de una conquista y en completa analogía rural, Rubén menciona que se va para el monte buscando guayaba y buscando cariño por la vereda del ocho y el dos (82) pero que lamentablemente no pudo hallar en esa casa dorada aquella guayaba que tuviera sabor y que tuviera Mendó, lo cual significa tener ciertas cualidades y talentos.
El siguiente tema se convertiría en el himno del malandraje por antonomasia y de cuestiones del lumpen, rodeados de un casi rutinario ambiente de crimen en las calles, el cual evidenciaba una realidad en los barrios latinos. Una pintura basada en la obra Mack The Knife, trasladada a Nueva York con fuertes elementos de la cultura latina. “Pedro Navaja” fue el malandro por excelencia, el antihéroe del que se espera que gane y no sucede así, y que también cae víctima de un sistema construido al margen de la ley. Con el tiempo llegamos a conocer que los sonidos que acompañan la introducción de esta canción fueron logrados por Jon Fausty, el ya reputado ingeniero de sonido responsable de esta producción, quien de manera artesanal sacó por la ventana del estudio de Fania un par de micrófonos para captar los sonidos de la calle y es por eso que se escuchan las sirenas y voces que le dieron un toque natural a las escenas planteadas en el tema desde el intro, sobre la conga de Eddie Montalvo.
Este álbum voltea a mirar hacia la cosmogonía de Latinoamérica en la canción “Maria Lionza”, basada en el mito de Venezuela que tiene fuerte presencia en las culturas que habitan las montañas de Sorte, por Yaracuy. Se describe el hogar del personaje, con paredes de viento, techo de estrellas y los elementos de la naturaleza como compañeros y mensajeros, toda una poesía descriptiva que embellece el imaginario indígena. Una canción que pareció interesarle a la dupla Colón Blades fue “Ojos” del maestro Johnny Ortiz, otro de los insignes compositores de Puerto Rico en el cual se describen diferentes personalidades y de cómo ven el mundo a través de sus puntos de vista.
El canto amoroso, pero pleno de nostalgia, se referencia a través de la canción “Dime”, en la que por primera vez Willie Colón experimenta con un ritmo creado por él, a partir de compases de cumbia y ritmo antillano y lo denomina bajo la terminología WAC (las iniciales de su nombre de pila William Anthony Colón) y es una canción que se prolonga alrededor de la temática dolorosa, preguntándose cómo arranca esta pena de amor.
El disco cierra con la canción “Siembra”, toda una obra maestra. Una obertura sinfónica acompañada de ritmo fuerte y veloz. La característica diferencial en cuanto a arreglos es la presencia de la filarmónica de Nueva York que hizo el acompañamiento con cuerdas. Siembra encierra dentro de su lenguaje una lógica positiva en cuanto al cultivo de una sociedad que tome como insumo los valores y el arraigo a las costumbres de los países de origen en una comunidad que está concentrada en un territorio que les muestra nuevas influencias que culturalmente van alejando al individuo de sus tradiciones. La introducción en música disco de Luis “Perico” Ortiz se complementa con el pregón de Rubén que dice “olvída la Travoltada y enfrenta la realidad”, como una crítica hacia lo que significaba las películas de John Travolta (Grease y Saturday Night Fever ) y su superficialidad que podían ser olvidadas por los valores altos de las culturas latinas.
Aparte del contenido que hace alusión a la observación social y a la creación de un nuevo lenguaje en términos líricos sobre la base de una música bailable, hay que destacar los tremendos arreglos que le componen, así como los músicos que hicieron parte de las sesiones de grabación, una selección sobresaliente de instrumentistas de alto nivel:
Rubén Blades – Cantante
Willie Colón – Trombón y líder de banda
Coros: Willie Colón, Rubén Blades, José Mangual Jr., Adalberto Santiago.
Leopoldo Pineda – Trombón
José Rodríguez – Trombón
Sam Burtis – Trombón
Joe Torres – Piano y Fender Rhodes
Salvador Cuevas – Bajo
Eddie Guagua Rivera – Bajo
José Mangual Jr. – Bongó
Eddie Montalvo – Congas
Jimmy Delgado – Timbales
Brian Brake – Batería en “Plástico”
Adalberto Santiago – Maracas
Sólo la música verdaderamente honesta sobrevive en el tiempo y es capaz de adaptarse a los diferentes momentos. Las canciones del disco siembra, tienen más de 45 años de historia y siguen sonando alrededor del mundo con mucha fuerza. Se dijo en algún momento que este fue el álbum más vendido de la historia de la salsa. También se ha controvertido esta afirmación anteponiendo los Asaltos Navideños 1 y 2 de Willie Colón y Héctor Lavoe pero lo cierto es que nadie le quita lo logrado a este trabajo monumental de dos grandes que siguen escribiendo su propia historia cada uno por su lado.
Ha sobrevivido de tal manera, que hay ediciones en varios países del mundo. Cuando el trabajo alcanzó su 30° aniversario, en el formato CD se publicó un libro con mayores datos cerca de la producción, reproducción de una tarjeta de control del estudio, una historieta narrada con la letra de Pedro Navaja, y tracks adicionales que quedaron guardados de la sesión de grabación. También llegó a publicarse en CD el audio de una presentación de lanzamiento de este disco en vivo en el Capitol Theatre con momentos de delirio como el espectacular solo de Salvador Cuevas en el tema “Buscando Guayaba” Recientemente, Rubén Baldes publicó una nueva versión de Siembra en vivo con la orquesta de Roberto Delgado, que le significó, no solamente el premio Grammy sino también la recuperación de la autoría intelectual de su música y activó una nueva polémica con Willie Colón. Cómo extrañamos esa frase que cierra el disco original con las voces de estos dos gigantes