La voz de Marcelo Rosero Morales quedó inscrita en la memoria emocional salsera tras el impactante éxito que tuvo el debut de la Orquesta La Sucursal S.A. en 2005, en el que brillaron los temas “No Te Puedo Querer” y “La Sangre y la Lluvia”. Dos discos marcaron el récord discográfico de esta agrupación nacida en Barcelona, España. Dieciocho años después, la voz de Marcelo, ahora Chelosaoko, vuelve a este hemisferio para traernos más sabor, y lo mejor, de la mano de Latina Música y Electropikal Creative.

En asuntos de índole personal, el ADN de Chelosaoko estaba destinado y programado para este arte musical elevado a una potencia infinita, su padre pastuso y su origen caleño por parte de madre, la combinación infalible lo ha conducido hacia un talento nato y caminos llenos de trabajos interesantes en este aspecto. Nació en Bogotá, fue criado en Cali e influenciado por la salsa que se respira en la Sultana del Valle, aunque ya movido por sus intereses ha vivido en La Habana, Cuba, donde se impregnó de rumba afrocubana.

El nuevo trabajo de Chelosaoko, lleva por nombre “Estoy Gozando”, grabado entre 2021 y 2022 en Barcelona, con impresionantes arreglos tumbaos, lineas de piano, bajo y cortes Inspirados desde su inmenso talento y experiencia acumulada en todos estos años, con aportes del maestro Orbe Ortiz -con quien ha trabajado en su imponente álbum “Sabor y Medio” con Los Científicos del Sabor en el cual Chelosaoko intervino con su productora Electropikal Creative como coproductor y además como cantante en una canción y corista- haciendo acopio del importante trabajo en percusiones de Yoan Sánchez y el Baby Bass de Lorenzo Barriendos, además de la impecable labor del joven pianista Rodrigo Garcia y el profesional apoyo técnico en la mezcla por Miguel Ángel Larralde -que ha trabajado con el increíble grupo Guaco- en Caracas, Venezuela y masterizado por Alex Psaroudakis en Nueva York, al igual que el ingeniero de grabación César Cisneros en España, quien se destaca por tener en su haber ya un Premio Grammy.

Este trabajo se asoma a la programación de los 100.9 de Latinastereo con gran contundencia y es la manifestación de la alegría de haber llegado muy lejos en cuestiones musicales. Un trabajo lleno de madurez y mucho sabor que inicia con el número de corte ancestral, enmarcado con un intro afrocubano que evoca los llames en lengua lucumí a deidades como Changó, Yemayá u Obatalá, bajo el nombre de “Yangó” se descubre a lo largo de los minutos en el cambio de guaguancó a mambo en un portentoso ataque sonoro para este canto de protección, a todo el proyecto y sus artífices -aspecto que no es extraño, dado que los arreglos son consecuencia misma de las influencias recibidas por Chelosaoko en sus años residiendo en Cuba, reforzados con el aporte de Papa Orbe en números como Maria Dolores, Duerme en Llamas la Ciudad y Palo e’ Pelea, con fuertes acentos en los tambores batá por parte de Alberto Pico.

El siguiente corte, “Baila Mi Ritmo” posee unos interesantes giros armónicos y su sonido fuerte producen sensaciones mixtas que inducen al baile, resaltando la participación del violín de Carlos Caro y en el remate el solo de trompeta de Roberto Echevarría, dinamizados con los cambiantes coros y los juegos vocales de Chelosaoko. “Vamo’ a Fuego” es un candente y retador número que pone en territorio callejero a la maña rumbera, el bembé revestido de callejón, interpretado por Chelosaoko en estilo rap y el desarrollo lleva a coros explosivos que redimensionan el número para ir, evidentemente ‘a fuego’, ‘de una’, ‘sin mente’.

“Estoy Gozando” huele a celebración, se percibe como himno personal, un sueño logrado y la revalidación de que la vida es dichosa, luego de vicisitudes propias del medio musical, un Chelosaoko triunfante sonea alrededor de la alegría y el tiempo de pachanga se reviste de elegancia. Luego de esta explosión rítmica y si se oye en orden el trabajo, llega como un descanso adecuado y con marcado acento de jazz en el piano de Rodrigo García, la voz de Chelosaoko que dedica a la noche citadina y ampliando el sentimiento hacia las condiciones de vida actuales, un lamento sin queja, un relato cantado, en tiempo de bolero, fórmula efectiva y poco utilizada en el presente, con el violín acentuando el sentimiento en compañía de un coro percibido al estilo gospel, cambio a montuno y la vida sigue relatada en la profunda letra de “Duerme En Llamas la Ciudad”.

Un chachachá sabroso sirve de excusa para cantarle a “María Dolores”, nombre de la inspiradora musa que induce a este canto y a quien se le invita a salir de su estado de melancolía, con la trompeta de Echevarría y el trombón de Josep Blanes, como un coro inicial, compensado con el violín estrictamente charanguero para el necesario cambio a montuno y un solo de piano sobrio de Rodrigo García, todo un andamiaje sonoro que súbitamente termina, dejándonos tambaleando al borde de un precipicio de gozo. No puede faltar un tema romántico, pero bien ejecutado, con base en el son montuno y un título coloquial e íntimo “Mañana te Quereré” que detiene la lírica y da paso a un extenso momento musical perfumado por el piano rítmico para dar paso a los coros cambiantes y exaltar la belleza, el amor, el sentimiento de amor, mientras regresa la aurora.

Un trabajo completo se desarrolla en todas las posibilidades para ofrecer variedad y la descarga es el recurso perfecto para liberar tensión, improvisar en cada instrumento y romper la rigidez, además de invitar al baile de la buena Salsa, lo cual se cumple en “Descarga Fuego”, con momentos evocadores de melodías como la del mambo-swing Tequila, solo de trompeta del cubano, timbal de Oriol Martínez, la conga de Alberto Muguercia, el soberbio saxo tenor de David Jácome, el trombón de Blanes, que se juntan en controversia musical total, para que el coro invite al solo de piano que trae a cuento la melodía inmortal de Manteca, que los vientos responden con solvencia, rindiendo el debido tributo a Chano Pozo en el coro, en el número más extenso del disco (más de 7 minutos de poder y sabrosura).

La última gema de este trabajo, junta el espíritu del latin soul unificado con el estilo charanguero de los años 80 como lo impulsaría en el pasado el genio Eddie Drennon, ahora convertido en invitación a presenciar el poder de esta banda que sólo tenía pendiente ofrecer un vibrante tema instrumental como este, aunque el coro manifiesta el deseo de gozar, como lo refrendan los soneos de Chelosaoko en “Palo E’ Pelea”, en sana contraposición de su título, pues queremos gozar y no pelear.

“Estoy Gozando” en un disco al que se le puede asignar el rótulo de completo, bueno de principio a fin, del cual se puede escoger un tema a ojo cerrado y garantiza al melómano atento un momento especial y lleno de lo que se espera en materia de Salsa. La visita a Colombia de Chelosaoko no tuvo por finalidad exclusiva el lanzamiento de este trabajo, sino también su acción conjunta con el grupo La Calor con miras a sacar adelante otras experimentaciones en Latin jazz y Música Electrónica de alto nivel.