La mujer detrás de El Sonido de las Palmeras
Nuestros amigos de Salsa Sin Miseria realizaron una entrevista a nuestra directora Viviana Álvarez en el que se muestra el papel sobresaliente que ha desempeñado al frente de Latinastereo
Latina Stéreo es una de las emisoras salseras más importantes de Colombia. Transmite desde Medellín a través del dial 100.9 FM y pone el sonido de las palmeras hasta en la China. Hablamos con Viviana Álvarez, quien lleva cinco años en la dirección metiendo mano por la radio y la salsa sabrosona.
¿Cómo nació el amor por la salsa?
El amor por la salsa nació con la historia familiar de mi papá. Mis tíos hicieron una casa en un árbol de mango que había en la finca de mi abuelo en Copacabana. Allí se subían a escuchar salsa en una grabadora con una extensión gigante cuando yo tenía apenas diez años. Yo siempre quería subir a la casa del árbol porque desde allá escuchaba las canciones de Raphy Leavitt y el Conjunto Clásico, que son las que más me vinculan con esa historia de la salsa. Con el paso del tiempo inicié en la radio con una emisora que era comercial y popular: vallenato, merengue, tropical, menos salsa. Cuando llegó la oportunidad de estar en Latina Stéreo fue cuando realmente me enamoré de ella —yo ya venía con el gusto musical por la salsa, pero como no la conocía mucho—. Realmente puedo decir que mi gusto real comenzó hace ocho años, el tiempo que llevo en Latina Stéreo.
¿Por qué la radio?
Desde muy pequeña era lo que yo soñaba y para lo que vivía. Jugaba a ser la locutora y mis hermanas eran las oyentes. Dañaba los casetes de mi papá imitando a las locutoras de aquella época y a veces no iba a estudiar por escuchar sus programas. Cuando tenía quince años se me dio la oportunidad de participar en Locutor Junior, un concurso de la emisora local Olímpica Stéreo Medellín para jóvenes de 12 a 14 años. Éramos veinte y lo gané siendo la única mujer. Fui la locutora junior de esa misma emisora en el 97 mientras seguía estudiando en el Colegio Ferrini. Cuando gané el concurso, el director Elkin Muñoz el ‘Hombre Veloz’, me llamó y me propuso ser la locutora de planta. Yo no lo podía creer; le dije que apenas estaba cursando once y no era mayor de edad. Organizamos todo, me salí del colegio, estudié un semiescolarizado los sábados de 12:00 a 8:00 de la noche y cambié mi uniforme de cuadritos por tacones y media velada. Fue un cambio grande en mi vida porque era la niña del colegio —aunque ahí ya era la directora de Ferrini Stéreo—. Mi descanso era ponerle música a los compañeros, mandarles el saludo y cobrar $500 por cada uno para obtener recursos para la emisora. En realidad toda mi vida respiraba alrededor de la radio.
También trabajé dos años en Olímpica Stéreo. Luego llegó un proyecto para consolidar una emisora llamada La Mía 102.3, en Caldas, Antioquia. Fue pasar de la número uno a una emisora que no era radialmente tan comercial y sin embargo logramos mantenerla entre el primero y el tercer lugar en 2000. Tiempo después me retiré de la radio, hice televisión y un día, estando por casualidad en un estudio de grabación, un amigo me dijo que necesitaban una voz en Latina. Arranqué haciendo una grabación una vez al mes. La gente empezó a familiarizarse con mi voz, así que empecé a grabar dos horas de locución en la noche, después cuatro más en la mañana. Finalmente pasé a tiempo completo y ya llevo cinco años como directora.
¿Cuál es el mayor reto al que te enfrentas ahora?
Desde que estoy en la dirección, uno de los retos más grandes y creo que lo hemos logrado, es el enfoque internacional. Latina tiene una audiencia muy grande afuera a través del streaming. Tenemos muchos salseros que viven en Nueva York, Miami, Tampa, Boston; colombianos que se han ido pero han llevado a Latina en su corazón. Fuimos de las primeras emisoras en transmitir a través del sitio web, más o menos desde el 90. La gente que emigró a Estados Unidos se fue con la idea de que Latina se escuchaba en internet. Desde 2016 hemos estado viajando: fuimos a Puerto Rico a cubrir el Día Nacional de la Salsa; estuvimos en Cuba, fuimos a Nueva York, Miami, México y Montreal. Mi intención siempre ha sido acercar a los salseros del mundo a Latina Stéreo. Que sientan que aquí estamos, que somos de Medellín pero que nos debemos al mundo entero.
¿Sientes que el machismo ha impactado tu vida profesional?
Pienso que los medios de comunicación han sido más aprovechados por los hombres. Hay dos cosas: la primera es que hay muchas mujeres que han soñado con ser locutoras pero el temor, el no creérsela y el no estar tan convencidas de lo que quieren les han impedido arriesgarse. La segunda es que hay mujeres que aseguran no meterse en este medio por lo complejo, porque es difícil de manejar. No digo que sea fácil pero tampoco es imposible. Yo pienso que lo mío ha sido un 70% talento y un 30% suerte. Y esa suerte está en la preparación, al leer bien, al querer. Tuve suerte cuando gané el concurso; tuve suerte cuando una persona como Elkin Muñoz sintió que yo podía proyectar mi talento.
Siento que la radio puede llenarse de más voces femeninas. Hay voces muy lindas; mujeres que no solamente hablan bien sino que son muy inteligentes, que leen muchísimo más. Toda emisora debería —casi que obligatoriamente— tener una voz femenina. Por ejemplo mira esto tan curioso: en Medellín solo hay dos emisoras de salsa y ambas están dirigidas por mujeres: El Sol, dirigida por Dianamer Pizza y Latina Stéreo dirigida por mí. Las dos únicas mujeres dirigiendo cuando hay 60 emisoras en Medellín.
¿Cuál es la diferencia entre la movida salsera de Cali y de Medellín?
Cali tiene una diferencia con la salsa que se consume en Medellín: en Cali todo lo que llega de afuera, de Puerto Rico, de Nueva York y demás, es súper absorbido. Pegan una cantidad de artistas y en Medellín no porque los paisas somos más tradicionalistas. Creo que en parte eso ha permitido que Latina Stéreo guste tanto. Si una persona en Cali escuchara Latina diría: «¡Uy, no! Es demasiado clásica, ¿y dónde está lo nuevo?». Allá la salsa funciona como el reguetón: llegó un tema, pegó y se está a la espera del siguiente. Para consolidar un tema en Medellín hay que sonarlo mínimo diez años y los que se escuchan han sonado treinta años de seguido, casi que todos los días. Cali es muy fuerte en el baile por todas las academias profesionales que tiene mientras que Medellín es fuerte en asistencia a conciertos, en melómanos y coleccionistas. Esa es la diferencia.