“Julio ‘Masacre’ Castro: El Multifacético Maestro de la Salsa”
Por Diego Aranda
Pocos músicos en la Salsa tienen el poder de condensar diversas habilidades y desarrollarlas todas con un índice alto de calidad. No se trata de una cuestión de suerte o que venga empaquetado en el ADN. Se trata de ciertas inquietudes tempranas, cuyo entusiasmo elabora un deseo de superación en la persona frente a sí misma. No es lo mismo ejecutar la flauta que ser percusionista. No es igual sonear que arreglar para una orquesta completa. Y ni qué decir de la ardua labor de dirigir un equipo completo para convertirlo en un instrumento para crear música con arte y fundamento.
Todos esos valores están contenidos en un hombre que nació en Bayamón, Puerto Rico un 30 de abril. Sus inicios en la Isla fueron como integrante de la orquesta del pianista Fernando Ojeda, en la que cantaba un juvenil Sammy Marrero compartiendo soneos con su particular voz. Estuvo por poco tiempo con la Orquesta La Única, donde conoció a Junior Córdova, vocalista de grandes condiciones que pasó por la banda de Nelson Feliciano y por La Compañía del saxofonista Bobby Rodríguez y quien sería el autor de una canción llamada “Dolor, Esquina, Miseria” la cual sería inaugurada en 1979 con la voz de Tito Nieves, en un disco que en su portada decía “New Generation presenta Julio Castro y Orquesta “La Masacre”.
La Masacre fue una banda suficientemente llamativa que se inauguró el último año de la década del setenta. Devolviendo los almanaques, en 1972, el bajista Roberto Barrios, director de Roberto y su Nuevo Montuno, incluyó a Castro en su agrupación donde estuvo frente a frente con los exponentes del género de la casa Fania. Para 1974, el ya instaurado monopolio de Jerry Masucci lanzó a Pete ‘El Conde’ Rodríguez en plan de solista y en la conformación del grupo contó con grandes músicos y por supuesto, ahí estaba Julio Castro. Otro de los grandes, Héctor Lavoe, contó con Castro como conguero en su agrupación, antes de recibir a Eddie Montalvo. En el trabajo “Tributo a Chano Pozo” de 1977, Julio Castro integró el set de percusión en dicho álbum junto a José y Luis Mangual, así como Milton Cardona y Jimmy Sabater.
NACE “LA MASACRE”
Top Ten Records Latin, subsidiaria de Top Ten Hits, era un sello naciente. Su subdivisión “New Generation” (que entre otras cosas, se prestaba para que nuevos artistas mostraran sus productos al margen del cerrado monopolio de la Fania y que grabó también a Luis “Perico” Ortiz para hacer su música libremente sin las condiciones que imponía Masucci), rotula el primer disco de Castro con un nombre singular, muy acorde con los aparentemente comerciales criterios basados en el malandraje, con relación a la Salsa. Recordemos que en el 79 fue publicado también el disco Siembra con el éxito Pedro Navaja de Rubén Blades y de Willie Colón, quien ya venía tratando en su música y su estética de identificación de discos, una tendencia en este mismo sentido.
Se desencadenaría tiempo después una corriente inspirada en el malevaje, entre varias orquestas que las llevaría a incluir temáticas de esta índole, en títulos o en nombres de agrupaciones.
Con una nota, la disquera presenta su segundo álbum y el primero con un grupo nuevo, por aquel entonces: “Top Ten Records Latin se enorgullece en presentar su segundo LP de larga duración. Esta vez aparece un nuevo grupo (La Masacre), un nuevo líder (Julio Castro) y una nueva voz (Tito Nieves) que con su estilo único hará de este LP un nuevo éxito para Top Ten Records Latin. (…) Muchísimas gracias a Mario Ortiz y al resto de los muchachos por su valiosa colaboración”. Y el resto de los muchachos eran nada más y nada menos que: Polito Huertas, Víctor Rivera y Francisco Corcelles en el bajo; José A. Colón, Gino Picart, Eddie W. Fey Joo, Iván Gutiérrez y el mismo Mario Ortiz padre en las trompetas, quien además hizo arreglos con Erick Figueroa; Wilfredo Ortiz en el tres y coro, Luis Quevedo en el piano; Pedro L. Roque en el bongó; Ramón Rodríguez y Edwin Natal en los coros. Julio Castro, multifuncional como siempre, tocando la flauta, la conga y respaldando los coros. Los temas del disco, por el lado A, “El Pregonero”, “La Chaka”, “Las Amistades”, “A Mi Niño”. Por el lado B, “Domingo Me Llaman”, “Ya tú no engañas”, “Jóvenes y Mayores” “Dolor Esquina Miseria”.
A pesar del nombre, La Masacre, la música dista de tener alguna relación con matanzas o asesinatos. La portada muestra un guajiro cubano transportando en su carreta el fruto de su trabajo, en medio de un paisaje rural donde se ve claramente el platanal.
Pero, la música grabada en el disco no tiene nada que ver con esta realidad campesina. Las temáticas tratan sobre el barrio, las amistades, el desengaño. Lo que si guarda concordancia con la presentación gráfica del trabajo, es la forma en que estas canciones fueron orquestadas. Una adaptación del son montuno al sonido Nueva York, ejemplo que impuso Johny Pacheco con su “tumbao añejo” que tomaron agrupaciones como el Conjunto Crema (Que curiosamente publicó un disco llamado Masacre Musical), el Conjunto Clásico (que fuera creado poco después) o Rey Reyes con el tremendísimo ejecutante del tres, Charlie Rodríguez. Otro detalle a tener en cuenta es que estas bandas ocuparon talento puertorriqueño o nuyorican. El disco es toda una joya en cuanto a arreglos y soneos, pues contaba con las inspiraciones de un entusiasta Tito Nieves, quien ya tenía experiencia tras cantar con Taiborí y la agrupación de Johnny Ortiz, en su mejor momento. A Nieves se le siguió conociendo como “El Pregonero” tras el éxito de este tema con La Masacre, aún después de su partida hacia el Conjunto Clásico. La banda de Julio Castro se mostró entonces como una banda completa, con un afinque tremendo y con músicos de primera línea. Así que lo de Masacre, quedó solamente como nombre de la agrupación y posteriormente sería un remoquete que se ligaría al nombre de Julio Castro.
Tras el rotundo éxito del primer disco de La Masacre, Fania Records se interesó por el grupo y le grabó dos LP. En 1980 salió Mamey, que naufragó en el inmenso mar de producciones que salieron ese mismo año bajo las subsidiarias de este sello. Casi cincuenta trabajos simultáneos salieron al mercado y “Mamey” quedó como uno más, lo que derivó en un escaso seguimiento por parte del público. En este trabajo aparecen Juancito Torres, Charlie Sepúlveda y Carlos Santos y la voz de Rosendo “Quiko” Rosado”. Las canciones destacadas fueron “Rumba sin invitados”, “Celoso”, “Tambores de guerra”, “Sabor añejo de rumba”, “Jibarita” y “Son de los mameyes”. A la usanza de Fania, uno que otro crédito fue ignorado, como es el caso de la producción por Oscar Hernández. Por estos tiempos, Castro enfrentó algunos problemas con la justicia y la publicación del disco se retrasó un poco.
Para 1984, se publicó la tercera producción de La Masacre, también bajo el sello Fania. En ese momento la voz principal pasaría a ser responsabilidad del experimentado Néstor Sánchez, “El Albino Divino”, procedente de la Orchestra Harlow. Este trabajo ofrecía una música fiel a los orígenes de la agrupación y conservó el sabor que siempre identificó a Julio Castro. El impacto de la Salsa como “boom” comercial estaba declinando, cediendo terreno a otras modas que la radiodifusión se encargó de imponer. Sin embargo, este fue uno de los mejores trabajos publicados por el sello. Otras canciones publicadas en esta placa fueron “Colonización” y “Casita solar”, de la autoría de Johnny Ortiz. Otra importante pieza musical es la que lleva por nombre “Seré triunfador”, tema vivencial escrito por Castro.
En palabras propias del maestro Julio Castro, se hace referencia sobre algunos episodios adicionales de su carrera que no han sido tenidos en cuenta en este texto ni en anteriores y que es bueno añadir. Comenta el maestro que después de trabajar con Fernando Ojeda, trabajó con las orquestas de Mario Ortiz y Rafael Cortijo, donde estuvo desde 1967 hasta 1969, lapso dentro del cual grabó cuatro producciones, entre ellas “Sorongo”, “Pa los Caseríos” y “Ahí Na’ Ma'”, álbum en el que debutó Marvin Santiago como cantante con el legendario número “Vasos en colores” del compositor cubano Hugo González. Luego, formó parte de la primera plantilla de músicos de la orquesta de Bobby Valentín cuando llego a Puerto Rico en 1969, dejando el registro del LP “Se la Comio”. Este disco contó con la voz de Frankie Hernández en todos los cortes a excepción de “Si yo te amé”, tremenda guajira que fue vocalizada por Roberto Angleró y que además contó con la especial participación del saxo soprano Alfredo Abreu y Pedro Chiclana en el barítono.
En la actualidad, Julio Castro continúa con una gran actividad en el campo musical, batallando y llevando alegría con su talento de multi-instrumentista experimentado. Mucho hay que agradecerle en cuanto a la permanencia de la música Salsa con golpe y distinción en nuestros tiempos.
DISCOGRAFÍA
- New Generation presenta a Julio Castro & Orquesta La Masacre – Top Ten Hits. 1979
- Julio Castro y Orquesta La Masacre “Mamey” – Fania. 1980
- Julio Castro y La Masacre. Vocals by Néstor Sánchez – Fania. 1984
Colaboraciones
- 1968 – Sorongo. ¿Qué es lo que el blanco tiene de negro?
- Cortijo y su Bonche
- -En este LP, en la cara trasera de la carátula dice Tite Curet: “El Bonche es esto: La batería sabia de Rafael Cortijo; las trompetas de Pedrito, Mario y cabrera; el piano y los arreglos de Jorge Millet, el bajo de Eliezer; EL BONGÓ DE JULITO (CASTRO); la tumbadora de Javier; y las voces de Pepe Rosario, Fe Cortijo, Nando Doval y Nacho Sanabria.
- 1969 – Ahí Na’ Ma’ – Put It There
- Cortijo y su Bonche
- 1971 – Pa Los Caseríos
- Cortijo y su Bonche
- 1969 – “Se la comió”
- Bobby Valentín