El sabor de Idiosincrasia Orquesta es un reflejo del sonido de las calles de Medellín, un paseo por el centro, la sonrisa del bailarín, el tumbao de la esquina, un cruce grasoso entre dos aceras en la Bayadera, un grafiti en vivo, en directo y a colores, un modo de ser, de sonar propio que les distingue de las demás orquestas. Un carácter que representa el modus vivendi y operandi de las calles de una ciudad que se mueve al son de la Salsa brava y es la muestra de cómo una nueva generación de músicos se asume como salsera. No esperemos estructuras convencionales. Este grupo viene con un acercamiento musical al salsero de calle, para recordar el sabor que inundó los barrios latinos en la década de 1970 a partir de conjuntos juveniles que dieron una nueva expresión a la esquina.

Inevitablemente, el disco debut de esta banda particular no podía llamarse de otro modo, “Salsa de Garaje”. Un garaje del cual salimos, atravesando la puerta custodiada por un neumático de repuesto, a bordo de nuestra nave modelo 65, restaurada en igual número de veces para acelerar a medida que la música lo proponga.

El primer corte de esta producción del sello Latina Música identifica a la banda “La Idiosincrasia Llegó”, la orquesta Idiosincrasia hace su arribo a la zona rumbera de Medellín que puebla las noches de diferentes propuestas sonoras desde el barrio a las tarimas. Los integrantes salen a la luz en la letra a modo de catálogo sabrosón. El delicioso violín de Laura Cristina Parra nos transporta a la vez que se acompaña del solo de conga a cargo de Gustavo Bustamante.

“Bom Bom” es el segundo corte que abre con el tumbao de piano de Andrés Felipe Arboleda. Trae de vuelta el espíritu de la descarga, se pinta de psicodelia y a través de su letra invita al gozo. El siguiente tema inicia con el saxo tenor de Gonzalo Andrés Orozco y si en el famoso son del Trío Matamoros se pedía soltar la muleta y el bastón, aquí hay que soltar el bom bom y ponerse a gozar en medio de la letra de “Ensayo 83”, un homenaje a la génesis de la banda, una memoria del sector de Prado Centro a ritmo de son cha con alegría cadenciosa.

En “Arenoso” se perciben ciertas notas cercanas a clásicos de la música cubana… se siente un obscuro sonido que recuerda el tema charanguero ‘Hay que gozar la vida’ que hiciera Pupi Legarreta, pero el lenguaje aquí es distinto; el bajo baby de Lucas Fernández nos conduce a un Caribe visitado desde el sonido de la Salsa de Garaje, con tumbao y sabor. Y hablando de “Salsa de Garaje”, es el título del siguiente corte, el tema central, salsa que surge del rincón de un taller, al abrir el garaje, salsa de pueblo, sencilla pero gozona, llevada del sabroso ritmo cadencioso a un sorpresivo cambio de velocidad, con el trombón de Santiago Rodríguez conversando en armonías con el saxo tenor de Orozco.

Un salsa-éxito que ha llegado a instancias interesantes en el conteo de Latinastereo y que desde su lanzamiento presentaba el estilo definido de Idiosincrasia, para nunca olvidar, para recordar con su pegajoso estribillo “Remember” fue el tema notable desde la llegada del grupo al universo Latina Música. Hoy por hoy es un número que se escucha con propiedad de los labios de muchos salseros que corean su estribillo… y no lo olvidan. La percusión en el bongó de Juan André Uribe, impregnado de Reggae e inundado en descarga le da el matiz a la base rítmica reforzado con fuerza en la conga de Bustamante y el festivo timbal de Juan Camilo Uribe, mientras se sienten ecos lejanos del clásico ‘La Banda’ de Willie Colón.

El momento de relajar la explosión musical acude al ritmo del Son Montuno, vestido por momentos de bolero y estallido en guaguancó callejero para transportar el mensaje doloroso de reclamo amoroso para recobrar “El Poder”, procedente de la esencia de la mujer.

Idiosincrasia integra de esta forma la familia Latina Música con otro lenguaje, otra mirada hacia la Salsa desde el asfalto caliente de las céntricas calles de Medellín, con expresión surgida en el alma popular, que goza a su manera en medio de las realidades, que escapa a partir de la fuerza de la idiosincrasia misma. Qué buen nombre para representar comunidad. Esto es “Salsa de Garaje”, un Cd para darle ritmo a la vida.