Nuestro álbum recomendado del mes es un disco bien especial. Es conmemorativo, analógico, ganador y ocupa el puesto vigésimo octavo en la amplia serie de producciones del Grupo Niche desde inicios de los años ochenta del siglo pasado hasta el presente. Jairo Varela debe estar infinitamente feliz en ese cielo de tambores desde donde celebra.

Y hay celebración ciertamente, ya que se trata del álbum que le ha traído a Niche los dos premios Grammy, tanto el latino, donde ganó en la categoría de ‘Mejor Álbum de Salsa’, como en el anglo, donde se hizo acreedor al gramófono por ‘Mejor Álbum Tropical Latino’. Dos galardones que van más allá del mismo álbum “40” y reconoce todo el trabajo de Varela desde sus comienzos y tantas historias vividas en la trayectoria del Grupo.

A través de esta producción se conmemoran 40 años, completando 28 producciones que le consolidan como una de las más importantes organizaciones salseras a nivel nacional e internacional, contando en la actualidad con la dirección del trompetista y arreglista José Aguirre, quien ha querido devolverle a la agrupación el sonido primigenio con el que se dio a conocer, además de un exigente trabajo en materia de arreglos y selección de voces y músicos.

El tercer rasgo especial de “40” es la complejidad de su producción, ya que se realizó en la ciudad de Bayamón en Puerto Rico, Miami en Estados Unidos y por supuesto, Cali, Colombia, destacándose el hecho de haber sido grabado en formato analógico, una condición que Aguirre ya había impuesto para la grabación de su disco “Back To The Great Sound” de su orquesta Calle Maestra.

Como si fuera poco, la producción puso un punto alto en materia de invitados entre los que estuvieron el gran violinista Alfredo de la Fe, el maestro Hugo Candelario, el percusionista Epifanio Bazán, entre otros.

El primero de los tracks fue lanzado inicialmente como primer sencillo bajo el título ‘Soltero’, sabroso tema con la voz fresca y clara de Luis Araque, el cual nos lleva a los mejores momentos rumberos de Niche, que por momentos nos lleva a las dos soberbias versiones del clásico Digo Yo,  cantando al desamor, con la reacción propia del rumbero.

El segundo corte se titula ‘Búscame’ con el coro integrado por Wichy Camacho, Adriana Chamorro y Diana Serna, con armonías y letra románticas. A continuación, el resumen existencial de cuatro décadas de experiencias, días de sol e infortunios vividos por Jairo Varela representado en la vida del grupo que llega ‘al cuarto piso’, letra profunda flotando sobre Salsa en ‘Cuarenta Ruedas’.

Un evocador silbido abre directamente el camino a la letra de ‘Canciones Viejas’, una pintura sonora sobre los recuerdos de las canciones de rutina en el pasado que se graban en el alma, cantos de los padres, de los abuelos, de la zona del Atrato, de la raza Embera, del Pacífico natal, sonidos que fácilmente nos pueden conectar, incluso, con las melodías vallenatas o sones del Pacífico, para ampliar el alcance del sentimiento. Para la siguiente canción, Aguirre sobrepasó las fronteras y creó una obertura con cuerdas que da paso a la letra para el bello y nostálgico tema, en tiempo de bolero, ‘Mis Panas’, que contó con el característico violín del maestro Alfredo de la Fe.

No es usual escuchar al Grupo Niche en tiempo de chachachá, pero ocurrió en manos de Juan José Aguirre, aprovechando el debut del vocalista cubano Alejandro Iñigo, con el apoyo de Alfredo De La Fe en el solo de violín y un estilo cercano a la bachata en el canto lo que resulta en una afortunada mezcla que se adapta a los gustos del público actual, todo esto bajo el título ‘Algo Que Se Quede’.

En esta celebración no podía faltar el número de corte tradicional del litoral Pacífico. Marimba de chonta en la introducción y una poética letra en favor de la rumba terrígena para evocar el bambasú, el currulao, el abosao, el aguabajo alrededor de un buen trago de viche, esa particular y exclusiva bebida de la zona recordada en ‘Happy Viche’, sonidos tradicionales en combinación con la Salsa, con los dos invitados más indicados para lograr la mayor autenticidad: el maestro Hugo Candelario en la marimba y Epifanio Bazán en el bombo, guasá y los cununos.

Una dulce introducción nos lleva a ‘Vivencias’, otra letra profunda que narra, a manera de resumen de vida, lo que se siembra, lo que se teme, aquello que va contado en momentos  alrededor de la existencia. Una carta sonora para manifestar lo vivido. El sonido que ha caracterizado a Niche en los tiempos recientes también hace presencia en ‘40’ a través de ‘Cosas Bonitas’, tema que inicia con un sensible intro de piano de Víctor González y las líricas poéticas se deslizan sobre las armonías de los vientos para redondear el mensaje romántico.